lunes, 4 de julio de 2016

Hola don Pepito, hola don José.

Los del Reino Desunido para gran tristeza de sus muchos logros históricos, su pragmatismo-inteligente, su manera de afrontar la vida y a veces sentido del humor, no sólo son noticia por la ineptitud de sus políticos o aspirantes, también porque sale el sol en la Premier.
En esa oscura ciudad llamada Manchester, más partidaria del Brexit que otra cosa, hay nuevo entrenador del City; viene charlando con Gallagher, uno de los hermanos de Oasis, el futbolero. Llega de Alemania donde no consiguió hacer al Bayern campeón europeo. Promete jugar al fútbol y disfrutar y supongo que estará contento de ver al reino más desunido que nunca; él llega de un pueblo de una Cataluña desunida, donde algunos pretenden desunirla más, Guardiola incluido. 
Es un tipo acomplejado.
No se bien la razón. Es cierto que el pelo voló prematuramente de su cráneo, pero tiene la fortuna de no vivir en los años de The Beatles. Jugador de éxito y entrenador de culto, venerado por aquellos que no se bien lo que veneran, se le considera cool y debería ser feliz. Ha viajado, conocido gente, debería ser más universal, menos cateto intelectual, abrir sus miras.
Yo tengo mi teoría.
Creo que lo suyo es el fútbol, vive para y del fútbol y dedica mucho tiempo a ello. Ya desde pequeñito, seguramente entre sardanas, el pan amb tomáquet y la botifarra, todo riquísimo. debería haber sido feliz, pero...siempre hay un pero. En este caso el equipo de la capital, el Madrid, los opresores, los del régimen, los bendecidos por los árbitros, que no se sabía como ganaban casi siempre. De vez en cuando este chico de Santpedor, reconocía que los rivales habían jugado mejor y se humillaba, nunca en sus entrañas; de alguna manera tenía que vengarse. Lo consiguió con una camada muy buena de jugadores y su inteligencia para acoplarles y sacarles rendimiento óptimo, de juego y resultados; algunas estrellas brillaron más que otras. Se trasladó a Alemania y no acabaron de entenderle, a pesar de los esfuerzos en el idioma. Ahora está en la England del Brexit, con el dinero del Golfo y todas las facilidades. Debería ser feliz.
Sin embargo este decimonónico sujeto tiene un trauma, un anticuerpo, inexplicable, absurdo; no le gusta el color blanco ni esa capacidad que atesoran los del Madrid de estarse calladitos y dedicarse a jugar y ganar si es posible, hasta el final. No somos tan perfectos Pep, sorry!.

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