sábado, 2 de julio de 2016

La confusión del calor.

En el Hemisferio Norte ya hace calor, en unas latitudes más que en otras.
Las buenas noticias de este verano de 2016 son muchas comparadas con las de los años 30, cuando en Europa se pasaba a la última fase de un devenir que acabaría en guerra, desolación y crueldad extrema. 
En el Reino Desunido no había líderes de verdad para el momento ¿Los hay ahora?
En otras naciones triunfaban los fascismos/totalitarismos y nadie discutía al cabeza de lista. Se ponía en solfa a la genuina democracia, de Montesquieu ni se hablaba (como ahora); se deshacían de los enemigos en la Unión Soviética por las purgas y los laxantes definitivos. En Alemania ya se perseguía a los judíos, se les expulsaba y muchos dudaban que alguien, bajo el paraguas del Estado, pudiese atreverse seriamente a una solución final, ya anunciada en un libro ahora reeditado. Eran tiempos de guerra.
¿Tiempos mejores aquellos?
No lo creo, en absoluto. La violencia, por lo menos, era evidente y menos controlable.
Hace 80 años (1936) en una España, realmente dividida, se preparaban para un verano duro, largo y sangriento, que llevó a tres años de guerra incivil y que no se yo si la hemos digerido. Leyendo la hemeroteca del 2 de Julio de 1936 me quedo pasmado ante la ausencia de alarmas.
Otros 80 años atrás, en 1856, teníamos una reina llamada Isabel II que, con sus gobernantes, forma parte del nefasto siglo XIX de las Españas.
¿Hemos mejorado? Supongo.
Eso no quita que las acciones, o ausencia de acciones, de nuestros días nos consuelen. 
Parece que la violencia viene de fuera. El terrorismo, amparado en una idea extremista del Islam, es una fuente de preocupaciones, medidas y pocas soluciones. No ocurre sólo en las capitales de la Desunión, se extiende por cualquier lugar donde se observa una vulnerabilidad o objetivo por parte de los autores responsables. Es un enemigo difícil, concreto y difuso, escurridizo y lleno de matices como casi todos los conceptos que manejamos. 
Y en eso no hemos avanzado, en las imprecisiones y falta de claridad

No hay comentarios:

Publicar un comentario