sábado, 9 de julio de 2016

Informe Chilcot, la conciencia de las decisiones.

Me cuesta, y no me cuesta, hablar sobre este informe; mantengo la duda de Hamlet. A mi me parece honesto. Desde luego yo se lo que pensaba y decía en 2003, no estaba clara la invasión de un país como Irak, a pesar de SH.
El informe tiene sus repercusiones, en España 9silencio total...) y otros países, pero afecta a la decisión del Gobierno de su Graciosa Majestad de invadir Irak, entrar en combate, bajo la dirección de los USA, que movían los hilos de este juego. 
Afirma, el informe, que la amenaza del gobierno de Saddam H. no era real y se exageró su peligro potencial (nada de armas de destrucción masiva); las tropas de UK no estaban debidamente preparadas y los informes de inteligencia no eran fiables, la Inteligencia (información, evaluación sobre el enemigo) fallaba estrepitosamente.
En realidad son los pilares necesarios para ejercer, con responsabilidad, la autoridad de enviar a tus soldados a combatir.
Es fundamental saber quién es el enemigo y sus capacidades. esto de la Inteligencia (los espías para el público) es el oficio más antiguo del mundo y es vital. Los británicos siempre han poseído excelente Inteligencia, de verdad, para el combate, porque no se aguanta un imperio sólo con té y gin & tonic, que también. Cuando posees buena inteligencia evalúas y tomas decisiones menos malas. 
Si se trata de enviar soldados o marineros a jugarse la vida, más vale que estén debidamente preparados; no vale improvisar, requiere tiempo, esfuerzo económico y continuidad en la paz, para intentar evitar el conflicto e intervenir si no hay otra solución. Aún así la decisión será dura y morirá gente, mucha gente. 
Si hay políticos que no cuentan con información fiable, ni la preparación debida (siempre difícil de alcanzar) y aún así se embarcan en esas "aventuras", no se como andarán de conciencia.
No es algo digno de la historia del Reino Unido, siempre a la vanguardia de la eficacia y abanderados de las decisiones complicadas, con sus errores y aciertos. Me da pena por ellos, por mi, eran de lo mejorcito que había por estos mundos de Dios; no perfectos, humanos, con sus cosas, pero convenía seguirlos, como al figura de un Tour cuando se escapa, porque solían saber lo que hacían.
Mucha más pena y dolor sentirán los familiares de todos los que murieron o volvieron destrozados.

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