Dejas la terminal T5 de Heathrow llena de gente con vuelos que se dirigen a cualquier parte del mundo, no sabes lo que va a ser de cada una de esas personas, ni nada de los trabajadores del aeropuerto que volverán al día siguiente a ver otros pasajeros con rutinas similares. Es el mundo artificial y real de las terminales y la de London-Heathrow es grande.
Llegas a la T4 de Adolfo Suárez en Madrid y te la encuentras vacía, casi fantasmagórica. En realidad es que la España que me encuentro es distinta o va a serlo, y no porqué nos haya dejado Zidane. Si se ha ido Rajoy un hombre sin mucha suerte o es que en eso de la política la suerte no existe.
Me acorde de Adolfo Suárez, por aquello del nombre del aeropuerto, vilipendiado en vida y luego elevado a los altares. Lo malo es que aquello que llega a ser suerte a nivel personal se convierte en pesadilla colectiva.
Por ejemplo Rodriguez Zapatero fue presidente y para mí dejo una España que no había quien la reconociese y fue una cuestión de suerte, porque ni en su partido le querían. El candidato-elegido-sin ganar elecciones es un esperpento parecido, también ha tenido suerte porque al parecer su deseo es La Moncloa. Ambos tiene en común que si no se dedican a la política no son nadie.
Don Mariano ha perdido y lo acepta, su epitafio es conciso: "dejo una España mejor que aquella que me encontré". Es cierto y nadie considera las condiciones en que se ha fajado dentro y fuera. Pienso que él lo ve con sorna y gajes el oficio, sin nada más que añadir.
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