martes, 26 de junio de 2018

Entre apaños indemostrables, biscotto, cansancio y baja forma.

No tengo ninguna duda, para escribir, opinar, de fútbol o de cualquier otra materia hay que saber y entonces, si fuese coherente debería callarme, ausentarme con discreción, para compensar me dedico a leer, a ver si aprendo. Es algo hermoso aprender, sin embargo escasean los sabios, los buenos profesores y me quedo a dos velas. 
Hay una heladería, La Romana, franquicia, con buenísimos helados italianos, uno de nuestros favoritos es el "biscotto de la nona" y de eso se habla en el mundial de Rusia. Me pongo a ver menos de la segunda parte de un partido de Francia y a lo que juegan ambos da pena, al parecer los dos, Dinamarca es el otro, están clasificados, se juegan el honor, patrimonio del alma, en un mundo donde cada vez menos creen en el alma. 
Pienso en la próxima temporada, altas y bajas de mi equipo, rumores sin miga, busco algún jugador para el Madrid, de esos que venden "baratitos", uno es Fekir y no juega, sale cuando faltan veinte minutos, no suficiente para juzgar su buena pierna izquierda, si se pagan tantos millones. Otro factor es el fondo físico, la forma de los jugadores, que me parece pobre, sobre todo aquellos que se suponen figuras, no están para jugar mucho cada cinco días. Un posible es Milinkovic-Savic, joven, buena planta, pero¿ por tanto dinero?
Después del mal juego de Argentina ya tenemos la mitad de los grupos listos y en realidad no hay sorpresas, las hay en cuanto a juego de calidad/equipo/fútbol, angustias, VAR, orden del grupo, cruces futuros o emociones variadas, sin embargo ahí están los que se suponen que son mejores. Eso si los que comentan, expertos o bocazas, con su neutralidad habitual, se dedican a exagerar u casi nunca a analizar, al final todo depende de la pelotita que entre o no. 
Lo curioso es que España es la máxima favorita para las casa de apuestas, increíble.

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