martes, 6 de agosto de 2013

Vivir de las rentas.

En el idioma castellano, hay muchos dichos. Uno es "vivir de las rentas" otro "chupar la teta de la vaca". Diferentes sentencias, que muchos utilizan complementariamente. 
Como todas las cosas del pueblo son sabias, llevan consigo el peso de los años y la sabiduría del tiempo.
Originalmente supongo que puede aplicarse a las personas que invierten en su futuro; hacen negocios, amasan capitales; les toca la loteria, heredean o reciben otros golpe de la fortuna. Firman el contrato de su vida. Se pueden tumbar a la bartola y vivir de los intereses. Una aspiración muy humana, legítima.
También se puede aplicar a aquellos/as que hacen una cosa, una sola cosa, en su interesante vida y ¡a vivir de las rentas!
Ejemplos los hay por doquier, a manta. El periodista que vive de algo que escribió. La folclórica que canta siempre la misma canción o repite el gesto, fotogénico o gracioso. El que cuenta el mismo chiste, la misma broma, la misma anécdota. El que tuvo una inicitiva o idea que funcionó. El político que logró algo una vez. El presentador que tuvo ese programa. El actor que hizo aquella película. El futbolista que metió aquel gol en cierto partido. No digamos en el mundo de los que salen todos los días en la pantalla de televisión, ya no tan pequeña e igual de malvada muchas veces; allí repiten una y otra vez ese "logro", esa imagen maldita.
El gran premio se lo llevan los que exprimen la vaca de forma inusitada; lo cual les permite explotar una renta exigua, con la complicidad de todos los que escuchan, miran o repiten las imágenes reiteradamente.
¡Cuánto especialista hay en España ! ¡Qué excelente acogida tienen! ¡Qué cansinos y aburridos son !
Parece mentira que un pueblo que se caracteriza por su ingenio y su capacidad de improvisar, por su arte, cultive esos ejemplares tan daniños.

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