martes, 7 de enero de 2014

De la madraza de Tarrasa a Munich.

Vivímos unos tiempos en que el gobierno de una comunidad autónoma pretende realizar, en menos de un año, dos preguntas a sus ciudadanos y pretende mucho más. Las preguntas tienen la intención de conseguir un 50,0000001 % de los votos que se emitan y así legitimizar su separación de las Españas.
 ¿Qué alegan las conocidas como autoriddes políticas, los partidos independentistas? Alegan el derecho a decidir algo sin preguntar al resto de la nación, son como Juan Palomo. Alegan una injusticia insufible.
¿Cómo se ha llegado a este caos? Se ha llegado manipulando y alterando la realidad, los hechos  y la Historia y educando a las últimas generaciones en odios y rencencillas, en falsedad, empezando por el fútbol.Unos se pueden llamar Pep Guardiola, haber jugado con la elástica de España y presumir de ser gente pacífica, educada y viajada, que dicen ir con la verdad por delante. Otros de apellido Hernández, y nombre Xavi, han crecido en Tarrasa y se han educado en la madraza del nacionalismo retógrado, cobarde y cruel. De antecedentes no catalanes, de ojos exaltados que se salen de las órbitas, hijos de emigrantes que no acertaron a encontrar trabajo en otro lugar de España, que el maldito Estado centralista no desarrolló economicamente, y que han inventado eso de ser catalán, a base de estudios profundos y dedicación a la causa. Estos X. Hernández de Tarrasa, algunos aprendieron a jugar y vivir del fútbol, al parecer con un estilo innegociable como el futuro de Cataluña. El único fútbol posible, el único que se enseña en la universidad de La Masía porque sólo lo que se hace allí es bueno, justo y hermoso. Todo esto suena a doctrinas de corte fascista e intransigentes. Doctrinas de odio, de falta de crítica, de monopolio de ideas, de fútbol o de lo que sea. Sólo existe una solución ya sea para ganar un partido o meterse en ese charco independentista. La solución como el estilo es innegociable.
Ese X. de Tarrasa, tardó en ganar cosas con su club, ganó muchas con la selección desde pequeñito, donde afortunadamente no todos están educados en las madrazas totalitaristas. Cuando ganó con España lo hizo a regañadientes, llorando su independencia, como un extranjero. Cuando empezó a ganar con su club estaba rodeado de extranjeros de talento como E'too, Ronaldinho, Deco y muchos otros. Pero el estilo innegociable, por el arte y gracia de un señor que es de Hortaleza, cuajo en el maltratado por la historia equipo de España y triunfó en Eurocopas y Mundial. No él sólo, sino complementado por muchos otros y esa fortuna esquiva que no florece en las madrazas ¿Tiene alguien duda del voto innegociable del  de Tarrasa o ese supuesto gurú que bebe cerveza vestido de bávaro y enseña no sé bien qué? Allí en Munich también hubo sus madrazas, que representan la memoria enterrada de una gran nación avergonzada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario