viernes, 24 de enero de 2014

Dimisiones, huídas y ¡ El timo de la estampita !

Había un jugador joven, brasileiro, que prometía ser la figura del futuro. Un equipo de fútbol, que es "més que un club", quiso ficharlo, aunque ya tenía al mejor jugador del mundo y lo recalcaban, pero querían más, bueno y barato. Son muy felices, se llevan muy bien, son "més que un club".
Resulta que otros equipos, porque hay otros equipos en el mundo que son sólo clubs, aspiraban también a ficharlo. Y todos estos equipos hacen sus cálculos. El fichaje es caro y complicado porque el jugador tiene varios dueños (distintas sociedades y un club llamado Santos, con parte de sus derechos) y además hay que pagar impuestos ¡ Ese detalle puñetero! Aunque pasa reconocimientos médicos los çálculos suponen tanto dinero que se lo piensan esos estúpidos equipos de Inglaterra, Francia o España. Hay además un padre de por medio que no juega pero influye.
¡ Sin embargo se produce un gran milagro! En un lugar donde desean producir de paso el milagro de la independencia porque puestos a producir, la gente se lo cree todo. A "més que un club", a sus directivos, chicos listos y aplicados, el negocio les sale redondo. "Sólo" les cuesta 57,1 millones de euros ¿Por qué? ¿Cómo lo hacen? Muy sencillo.
Resulta que el jugador, y su padre, son partidarios de "més que un club" de toda la vida, son forofos apasionados. En realidad cuando cualquiera ficha por "més que un club", ya sabe lo que debe decir y pensar, con completa libertad. Y además la joven nueva estrella quiere jugar con el mejor jugador del mundo a toda costa y aprender porque le admira mucho. Y se empieza a repartir dinero.
Resulta que no se sabe quién paga los impuestos y dónde y claro las cantidades se reducen, porque hay un mundo tonto donde se pagan impuestos y otro listo donde no se pagan. Y los salarios pueden ser en dinero que se fija o en otras versiones y resulta que el nuevo jugador va a cobrar más que el mejor jugador del mundo al que tanto admira y con el que quiere jugar. Y que se ha evitado que la promesa brasileira vaya a un equipo de Madrid, que es sólo un equipo de fútbol, cuyos directivos son unos estúpidos, soberbios y engreidos que pagan unas burradas por jugadores que no quieren jugar con el mejor del mundo, en "més que un club". Son los representantes, los embajadores, de una idea que sorprende al mundo y el mundo y los medios de comunicación asocian a esa idea con España y todo este show pasa en España. Y salen de naja ¿Por qué?

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