jueves, 16 de enero de 2014

Gibraltar y Trafalgar.

Hay dos localidades en el sur de España, tirando hacia el oeste, que son nombres bien conocidos a nivel mundial. Seguramente en este planeta muchos saben donde está Gibraltar, aunque sólo sea por el estrecho que separa Europa y África, y muchos otros han oído hablar de Trafalgar ¿Cuántos en Japón, China, África del Sur o Rusia? Muchísimos, aunque sólo sea por la influencia del idiona de Shakespeare, las versiones políticas de Londres y la eficaz labor del ex-Imperio Británico.
Y leyendo a don Benito y sus Episodios no es difícil poner a trabajar a la imaginación y pasearse por Cádiz. En esa tierra, béndita por María Santísima, se hablaba de un hombre pequeño y poderoso que quería conquistar Europa, el mundo rentable y lo que se pusiese por delante y unos ingleses que lo querían evitar para estar en condiciones de hacerlo ellos. La eterna lucha por el poder.
Mientras las flotas de guerra que tenían sus frecuentes escaramuzas y sus combates de vez en cuando se aprestaban a darse otra oportunidad. Bueno creo que unos la andaban buscando con ahínco y otros no se habían puesto seriamente a la labor. En la mar se combatía con extrema dureza pero sólo los marinos contemplaban la obra. Ahora se puede ver una versión de la saga "Piratas del Caribe" (cada episodio peor que el anterior) y los efectos especiales permiten imaginar los estragos de los cañones de los buques de guerra, sin olor a carne quemada ni sangre viscosa entre las manos.
Y muchos de aquellos que se hicieron a la mar conocían lo que les esperaba, la victoria o la muerte. allá donde Nelson y su "Band of brothers" estuviesen acechando a la espera. Y con diferentes edades, ilusiones y sueños se dirigieron entre la humedad, el olor a sal, la destemplanza y la búsqueda de un viento favorable, al encuentro con el destino y cerrar un capítulo. Al que muere en combate le queda la satisfacción de haber hecho lo posible y haberse enfrentado con o sin miedo a la muerte. Al que sobrevive derrotado o triunfador le quedan algunos años de convivir con sus demonios. No es importante lo que nos pasa, sino como nos comportamos.

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