sábado, 19 de marzo de 2022

Espiando en la City.

 "Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena", le oía a mi madre muy refranera, ella lo decía como española, prudente en demasía, inteligente, sin pretender ofender. Tampoco pretendo dar a los británicos lecciones, o a los que mandan en UK, pero en esas cosas del espionaje sólo se acuerdan cuando pasan o estrenan una de Bond, o decidir si va a ser no hombre en la próxima versión de un doble cero. Por el pasado, experiencia propia, comics, pelis, guerras, MI5, MI6, la Inteligencia Británica  me parecía la mejor .... después de los israelitas, que viven en una tensión constante con las cosas muy claras, a veces demasiado. Los medios británicos, a lo suyo, presionan para que se aceleren las leyes que permitan expulsar espías rusos del territorio UK. habría que añadir que los rusos son muy de espías y los ingleses muy de los negocios y una cosa lleva a la otra. A mi el caso Profumo me fascinaba, ¿ o era la Keeler?, yo era un adolescente, Christine Keeler mucho estilo, muy guapa, moderna, el capitán de navío Ivanov un tanto soviético, el médico, y John Profumo el Secretary of State for War, un inglés que nunca se había visto en una de esas o con un toro de ese nivel, sin pagar o pagando que siempre alguien paga, vaya usted a saber. Y se dijo:  ¿tú que harías Luis? Luego llegó Bienvenida Pérez española fina con acento de guiri en Benidorm, lady y condesa rusa por matrimonios, otra historia, ya no me parecía Christine, me recordaba a Alcafrán y Paquito el Chocolatero.

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