miércoles, 30 de noviembre de 2022

Nunca te rajes.


"Cuando recuerdas a una persona esa persona nunca muere", frase en una velada de boxeo, silla vacía de David Gistau; el boxeo es como los toros, la carne, el tabaco, el whisky, incluso iba a decir una señora estupenda, para los afortunados mortales, no sólo está mal visto sino que esta prohibido , o a punto, a extinguir, como un covid-peste de la Humanidad que se agarró una vez a goles, sangre, arena, toses, humos y ropa interior. La frase la utilizo sin pagar copy rights porque no se como se paga, me imagino que la sentencia es cierta y hay cierta justicia, alivio, sonrisa, complicidad, en recordar a los que nos inspiraron. La búsqueda de la inmortalidad sin morirse es todo naturalidad. Otro escrito notable se imaginaba al anciano Simeón eterno, frecuente conversado con su Dios, porque no se moriría sin ver al Mesías, Simeón con unas 85 castañas de aquellas en época tan dura, lo veía como una eternidad insoportable  ¿ para qué quería Simeón ser eterno?, sin escandalizar, conozco gente que se cuida mucho, quiere vivir muchos, muchos años, sin explicar convincentemente para qué. Gistau se fué jóven, como dicen ahora; lo que fue, escribió, vivió, cómo lo vivió, ahí está; es cierto que podría haber dado mucho, mucho más, que no es que se fuese jóven sino que su manantial parecía lleno de agua, nos hubiese llenado de detalles, complicidades, que recordar porque vivimos, de lo que dicen los brillantes sin pagar derechos de autor, quizá a Gistau no le hubiese importado.



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