Muchas veces repetido, el año pasado también, siempre, el fútbol es cosa entre dos y muchos factores más. Llega el Mallorca que menos mal que no soy de allí proque no iría al campo. Juegan a lo que juegan, defienden bien, hacen sus cosas, disciplinados, ordenados, tienen dos palos y pierden 1-0, suficiente, con un remate de Antonio Rudiger impecable que cae muy bien en Chamartín. Uno de los actores nosotros, el principal, no ha jugado bien, sin frescura, ni velocidad, ni ritmo, ni remate ni casi nada, mejor en la segunda parte cuando se decide todo. ¿Cuántos de estos partidos he visto en Chamartín? El campo lleno con muchos niños presentes, con la parafernalia de camisetas aunque haga frío, sobre todo del número cinco. Buenas instalaciones, todavía en obras, ya hay árboles en padre Damián y campeones de invierno que no viene a decir nada. Eso si el mérito de los puntos, sobreponerse a las vicisitudes y qué bajo nivel del arbitraje, incluso en cosas tontas, que provoca muchas protestas que no son de categoría .
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