He tenido una agradable plática en el Gijón con un varias veces senador de España, escritor, que ha escrito su último libro reciente, que ha pagado las copas. No estaba presente la crema de la intelectualidad como en La Colmena, como en otros tiempos. Tema variado, se habló del gobierno, situación política, pasado presente y futuro, de esas cosas de los años veinte y treinta, del 98, Cuba, Filipinas, de sus presentaciones de la obra, del personaje principal. Es difícil sacar conclusiones, esta España o aquella son complejas. Como el senador es futbolero habló de pasada del partido del Almería el domingo, lo llamó "Atraco a las tres", aunque el partido comenzó a las 1615, como la gran película de Forqué, el senador ejerce de Atlético de pro de campo con nietos. No le di importancia ya lo dijo don Rafael El Gallo. Me esperaban unos carbonara con guanciale y pecorino, un Rioja de bien y una buena peli de Samuel Fuller de NY en los cincuenta, menos de 90 minutos, blanco y negro. Un día aprovechado me dije. Sin embargo tuve un sueño no como el de MLK o Sánchez y Zapatero juntos, peor. En la pesadilla la conversación con el senador era de fútbol. Se mezclaba con Toni Leblanc pinchando calamares hambriento en "Los tres de la Cruz Roja" y explicando un gol de Puskas. Aparecía mi papá en sus discusiones en Chamartín, terrazas o veraneos, hablando de Molowny o Gaspar Rubio sobre todo a catalanes. De pronto surgía el senador que radiaba que ser del Atletí era un sentimiento que los del Madrid no lo entendíamos, que el Metropolitano era una maravilla, que la afición si era maravillosa, que los colores de esa camiseta son incomparables. ¿Sería verdad ? Me preguntaba, dudaba como infiel. Yo era un niño que quería hablar de fútbol. Le solicitaba su opinión por los jugadores que le gustaban de ahora, me hablaba del número cinco, le respondía que es pronto, pedía otros. Le sugiero Camavinga o Valverde. Me dice que el uruguayo es como su entrenador y que le dió una patada a Morata en una final, que es muy guarro. Me he despertado sudando, asustado, tembloroso. ¡ Me han comparado a Fede Valverde con el Cholo en un sueño!. Ha sido un golpe muy bajo, como si me dicen que el genio era Coll y no Don Luis o que Azcona no pintaba nada. Menos mal que los sueños sueños son ¿o no?. La culpa es de la película de Fuller ¿ o de la chica? Por cierto no era la gran Laly Soldevilla. quizá más mona.
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