La verdad es una hermosa palabra, ¿ Cómo se puede conocer la verdad?. Una opinión de prensa es que Puigdemont arrastra a Sánchez en un martirio de cesiones de Estado ¿ Es cierto?. Otro medio, afín a Sánchez afirma que este salva "in extremis" dos decretos y fracasa el de la señora de Fene ¿ es cierto?. El segundo titular es muy cierto, son hechos como los goles, dos a última hora y uno anulado. Por supuesto para meter esos goles ha tenido que jugarse un partido. El encuentro se jugó en las negociaciones para que Sánchez continuase en Moncloa, no en el Intercambiador. Como no hay transparencia, y si muchos matices, el caso es que esos decretos si son del gusto de Puigdemont y que suponen cambiar el Estado de alguna manera, es decir son otras concesiones, otro paso más. Esto se hace no sólo con cierta oscuridad sino que hay muchos parlamentarios que no están de acuerdo. Feo panorama que no se sabe bien donde tiene el límite. Me he vuelto a pensar en Arístocles de Atenas discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, fundador de la Academia , y conocido como Platón por sus anchas espaldas, en su caverna. Esto no es una cuestión de espaldas es una cuestión de tragaderas. Platón buscó siempre la verdad, una cosa es la opinión a través de los sentidos y otra el conocimiento a través de la razón y la inteligencia. Platón promulgaba el gobierno de los más sabios. Quizá estamos, o llevamos ya algún tiempo, donde las reflexiones del hombre de las espaldas anchas ni se enseñan ni conocen ni desarrollan. Ha pasado en otras épocas, quizá la esperanza es que el ser humano ha salido, pagando un precio, pero ha salido de la caverna y del intercambiador.
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