miércoles, 8 de octubre de 2025

Ricardito.


 

El mundo es un gran teatro . Ayer me llevaron a la representación de Ricardo III de ese inglés tan influencer llamado Billy. La representación a cargo del teatro San Martín de Buenos Aires, prestigioso, ya lo conocí allí en mis tiempos de tango y Recoleta. La dirección de don Calixto Bieito que también presencié en su Carmen con legionarios y nunca pasa  desapercibido. Este Shakespeare  es realmente influencer como la de Gaza y su familia según ella, pero diferente.

Ya saben que hace poco encontraron los restos de Richard III, el jorobado un poco, en un aparcamiento, en Leicester, donde se había marcado con la "R" el lugar exacto. El último de los Plantagenet el precursor de los Tudor. Los actores representan a los que buscan en el aparcamiento los restos y los protagonistas de la tragedia de un hombre jorobado y seguramente jodido. Todo mezclado tiempos modernos y antiguos, ciencia e imaginación. Poder.

Una cosa está clara, finales del XV era lo que era. Nosotros, los hispanos de aquella, empezábamos a descubrir y no parar, internamente y luego externamente. Los ingleses empezaban a plantar sus raíces. Me preguntaba que sería Sánchez I en aquella England ¿se dedicaría al zorro?. No tendría pudor en firmar luego el documento de Henry VIII, no entendería a More. Desde luego el poder, los que ostentaban el poder, dieron su versión, como ha sido siempre. La verdadera de Richard III no se cual es, los Tudor dieron la propia. No creo que fuese tan sanguinario, seguramente  no le gustaba mucho el espejo. En eso Sánchez pegaría más en la Francia de Versailles o en una Rusia de San Petersburgo, congelada con la zarina haciendo de las suyas. Me lo imagino como un doctor Sánchez sin que Julie Christie se fijase, pero si alguna cortesana. No me lo imagino de Borgia, quizá de cardenal enchufado, ni de conde en Transilvania. Es más de Horcajo de la Sierra con pretensiones y del FCB.

No hay comentarios:

Publicar un comentario