lunes, 29 de junio de 2020

Perro.

Perro, animal de compañía, aunque los haya salvajes.  El perro, animal privilegiado durante el estado de Alarma que permitía a sus dueños, vecinos, amigos, voluntarios, pasearse por las calles desiertas, libres de polución, silenciosas, temerosas. El perro es el mejor amigo de la mujer, lo fue del hombre, no se decía la perra es la mejor amiga del hombre. El perro del hortelano que ni come ni deja comer, como ese político discreto, comedido, que intenta destruir tarjetas de móvil para convencer al astuto, sabio, sensato electorado español, como elegido para llevarnos por el camino ya trillado de fracasos; un pueblo, el cual apenas se mueve por algo que no sea intuitivo debería saber que perro ladrador poco mordedor. 
El perro de San Roque no tiene rabo, alguien se lo ha robado, responsabilizan a Ramón Ramírez, político, es difícil imaginar lo que se puede hacer con el rabo de un perro, debe ser fake news, sin embargo no ha aparecido en ninguna manifestación reivindicativa LGTBI+ o en unos de esos interesantísimos programas de desinformación televisiva. Perro cristiano, perro judío, perro musulmán, se utilizaban como insultos en la Toledo pre imperial de la Edad Media cuando las tres culturas monoteístas convivían, incluso a pesar de la política. Nunca conocí ningún perro como Rin Tin Tin, luego me enteré que en las películas de perros utilizaban varios. En China comen perro, no se que le encuentran.
Hoy me he cruzado con una dama que paseaba a su perra, tamaño pequeño, tenía amputada la pata trasera derecha, no pertenecía a una raza canina agraciada, ni cara, ahora bien era una auténtica superviviente que estaba viva, quería seguir viva, luchaba por hacer todo lo que un perro considera divertido, ante su ama que tiraba de ella alejándola de olores atractivos. Seguro que hay diferencias entre un perro y el ser humano, lo que ocurre es que nos estamos olvidando.

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