lunes, 16 de noviembre de 2015

Desde New York, una West Side Story.

Recuerdo que cuando Raúl se lesionó por primera vez escribí un articulo que nunca me publicaron. 
Era una metáfora del Ave Fenix. Raúl se recuperaba de su lesión y renacía en el Mundial de Alemania 2006 y España ganaba. 
Era todo pura ilusión, por el jugador, la selección y por mi mismo; uno de esos jugadores, de los poquitos, que me habían hecho levantar de mi asiento en Chamartín. No me levantaba porque tuviese una clase excepcional o metiese muchos goles, sino porque se dedicaba a jugar al fútbol, ponía todo su empeño, se adaptaba a las circunstancia, peleaba, luchaba, no se quejaba, no hacía tonterías , era inteligente y además... metía goles.
Ya en el primer suyo, en Chamartín a los del Atlético de Madrid a pase de Laudrup, como sin querer, que empalmó casi por la escuadra con naturalidad, se vio algo. Podría haber sido una casualidad, pero me levanté; luego con el tiempo comprobé que no fue casualidad.
Pasaron por el equipo los teoricamente más grandes y ahí seguía, jugando, metiendo goles. Cuando le dieron el balón de oro al inglés, Owens, en 2001, que luego fue suplente en Madrid, dejé de creer en los premios, que nunca creí, y como en los Oscars pasó Raúl a engrosar la lista de esos directores que no lo ganaron, pero son pura historia del cine.
Nunca habló mucho a los medios, a los "expertos"; no concedía exclusivas, no cotilleaba, creo que procuraba evitarlos. Recuerdo lo que los "expertos" desbarraban de él y de don Luis Aragonés y como este tomó la decisión de apartarlo por bien del equipo, seguramente a su pesar, porque no estaba al nivel adecuado. Me temo que don Luis tenía razón. Una pena porque esa Eurocopa del 2008 le hubiese hecho mucha ilusión a Raúl; lo del Mundial 2010 ya quedaba demasiado lejos.
Ahora esos "expertos" loan su retirada en New York, le auguran un futuro prometedor en los banquillos, todo sin saber, como casi siempre.
Raúl ha aprendido idiomas, ha conocido otros lugares y culturas; su familia, se ha enriquecido en sus conocimientos, experiencias, y puede ir a Central Park a jugar a la pelota con sus hijos ¿Qué más se puede pedir?
Mucha suerte.

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