lunes, 2 de noviembre de 2015

Populismo sin Robin Hood.

Puede que el populismo sea una enfermedad y una enfermedad que suponga algún desastre o descomposición. 
Esto, naturalmente, lo dicen aquellos que no son populistas o consideran a estos enemigos políticos. Lo que si representa el populismo es un fracaso del sistema político, una decepción del pueblo y una melodía que los votantes quieren oír, soñar con ella.
El populismo es peligroso porque es conducido con indignos propósitos o/y irreales propuestas.
En US ha muerto un actor, Fred Thompson, de cine y tv; de películas como "In the line of fire" o "No way out" (perdón por el título original, pero son entretenidas, sólidas) con The White House en el fondo. También fue senador y perdió la nominación republicana de 2008, y eso que tenía mucha mejor pinta que R. Reagan; no era un tipo populista, si versátil qué probablemente se preguntó porqué no podría ser él presidente; total los candidatos dejan siempre mucho que desear. 
En US un populista no tiene nada que hacer aunque debe ser popular, y otras cosas, para aspirar a un cargo público.
En Turquía, el señor Erdogan ha ganado por mayoría; parece que este islamista-conservador si es popular y en aquel país algo de populista tiene; la nación de los estrechos turcos y la hermosa Estambul es un complejo entramado que hay que evitar que se complique y descontrole.
En Cataluña hay algo de populismo; el populismo no sólo es iluso, si no que no se cree los deslices de sus dirigentes; como la sufrida mujer que acepta las cornamentas que los vecinos pregonan. Aunque vivamos en un mundo donde ellas pueden poner tantos cuernos como ellos, seamos una sociedad "moderna" y desarrollada, nos dejamos engañar como incautos ignorantes.
¿Es la verdad populista? 
Lo cierto es que la verdad no es muy popular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario