Campo lleno, frío, rinden un recuerdo a doña Concha Velasco, minuto de silencio, y me vuelvo a acordar de alguien fallecido hacía unas horas que deja un vacío importante y tuve que hacer un gran esfuerzo porque la mente no se me fuese por otros derroteros, quizá mañana mi mente esté más clara. El rival no me preocupó en ningún caso. Llegaba el Granada que no tiró ni una vez a gol. Lo único importante eran los puntos para seguir en nuestra línea contra todas las circunstancias. Tenía una pareja de visitantes de Vitoria con ilusión por ver el estadio, ambiente, goles. En la lentitud del encuentro me dediqué a contar batallitas de otros tiempos, anécdotas que impresionan porque la gente olvida. En medio el rancio mal arbitraje que no extraña ni sorprende que sólo encuentra consuelo en las risas de los espectadores cuando el trencilla se va por los suelos. Un partido sencillo de arbitrar y tan mal arbitrado. Fede siempre pensando en el equipo, Kroos muy cómodo. Brahim muy trabajador. 2-0 final goles buenas jugadas de Brahim y Rodrygo
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