Ermitaño.

Cae inexorable el peso de la aritmética parlamentaria. El exceso de información, el exceso de noticias, comentarios, nos invaden, aún sin ver la televisión. Todo es excesivo, no se como puede asimilarlo el personal. Estoy descontando las redes sociales que no utilizo, ni los whatsApp enviados, reenviados, fakes o no, que no abro, en fin un cúmulo de datos para un cerebro ya fatigado. El caso es que sigo pensando que hay gente de bien, gente que escribí bien, que cuenta con calidad las historietas, gente inteligente, capaz, supongo que en cualquier profesión u oficio, también en los medios de comunicación. Por razones que no vienen a cuento, puedo acceder a muchas publicaciones diarios o revistas, electrónicamente. Hoy he buscado luz en el tema de la amnistía que ayer pasó su primera votación en el edificio de la carrera de San Jerónimo. He leído a gente que considero equilibrada, al escribir dan su opinión, conocida  de antemano, sobre el presidente,  del gobierno, el del PP, el de Vox, lo que dicen, intenciones ocultos, desvaríos, sobre los actores independentistas, pretendido referendum, en fin la aburrida, triste, historia, muy conocida. Como dice alguno sensato, frustrado, no puede acabar bien, lo que quiere decir que se montará otro quilombo, mientras Argentina se aprieta el cinturón. Ya no se trata de los que escriben libros al presidente, le hacen entrevistas o le justifican, tampoco de un catedrático que analiza la lógica  de todo, la sensación es patética porque nada tiene buena pinta. Mientras nos acercamos a la Lotería.