Vivo el mundo de mi ídolo Peter Pan. He entrado a un bar con una acompañante que gusta de la tortilla de patatas y bueno no estaba mal, lugar la plaza de la República Argentina, ahora que están de presuntos cambios por allá. Un importante país que me acogió muy bien y que ya entonces pretendían cambiar. El tema no ha sido la calidad de la tortilla que ha gustado a mi acompañante, se la toma con las manos y con el pan que acompaña, bebe agua en un vaso o utiliza su biberón. El problema es que había una tele puesta. Programa de la 1 sobre las 11 de la mañana. Mientras se zampaba la tortilla escuchaba a los contertulios yo también. Hablaban de acoso escolar, al parecer el 6,5% de los niños/adolescentes españoles, yo pensaba que muchos más, lo sufrían. Los contertulios, mayoría contertulias, sabias, argumentaban que no hay derecho que mientras alguien sufra acoso hay que decirlo porque los niños y adolescentes tienen derecho a la felicidad (?). Una experta decía que en el colegio de sus retoños les dicen, enseñan, que no se chivan cuando dicen que alguien acosa, que eso es proporcionar información (?). Mi acompañante, dos años me ha preguntado que en que mundo vivíamos que qué tiene que ver la felicidad, que porqué tenemos que ser felices, qué qué es ser feliz. Me preguntaba sobre Información/Inteligencia qué matices tan llenos de significado para un niño. De pronto me he despertado mi acompañante no preguntaba nada seguía con su tortilla en la boca, calladita, sin mirar la tele, sin escuchar. He sentido otra gran carga porque en medio del desvario propio la noticia es la muerte de una persona en un túnel de lavado me ha perturbado más. Y eso que no veo la tele que sólo pretendía tomar un pincho de tortilla. Entonces le he contado que el buque de James Hook se llamaba Jolly Roger como la bandera de los piratas. Ella me ha contestado que Hook es malo y quería más tortilla. Voy a ir a un médico de mayores. o dejar los bares con tele puesta.
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