viernes, 29 de diciembre de 2023

¡Fijaté!

Soy un truhán no un señor. Fui a Portugal tres semanas con 12 años gracias a ganar un concurso de la radio radio España para más señas, descubrí un mundo extraordinario de norte a sur en autobus de este a oeste. Había ganado la copa de Europa el Benfica y mi padre me había traido una camiseta de Eusebio, se notaba la influencia inglesa en las marcas y comercio, mezclados con gallos y cerámica. A Lisboa, gran ciudad, abierta a la mar, de fados y tranvías, de navegantes, en tren viajaba o era el revisor, un portugués que al final supo sacar provecho del chacacha del tren, no perdió el tiempo, se inspiró en el movimiento, nos dió una lección a los españoles que siempre nos creimos superiores. El revisor se porta como un jabato y sin embargo los portugueses nunca son los héroes. Creo que no apreciamos a los portugueses en todo lo que valen o a lo mejor es que es mejor ser así, más facíl sin pretensiones, más auténticos. Los del Consorcio eran buenos pero Martes y Trece , los dos juntos, copiando literalmente el sketch lo sublimaron. Luego queda la tristeza de una fado en la Lisboa antigua después de cruzar el puente del 25 de Abril que conocí como Oliveira Salazar, el mayor del mundo y uno de los más importantes del imperio portugués. Claro que ahora Mr Calouste Gulbekian de vida apasionante y muchas perras ha legado sus obras y un moderno museo para la posteridad porque se encontró a gusto en Lisboa. Soy un truhán.

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