sábado, 10 de septiembre de 2016

Entre Sir José Mourinho y el honorable Guardiola.

O un partido entre "Hola Don Pepito, hola don José; aquellos tipos requetefinos".
Se juega un United versus City, en Manchester, England, claro y los ingleses querrían que se detuviese el mundo y asistiese el rey George III venido del musical "Hamilton". 
Yo lo voy a ver, para ir conociendo a mis posibles rivales, como juegan ahora, que posibilidades tienen, que ausencias..
Los de la Premier están rebosantes de libras esterlinas, porque la atención mediática esta conseguida. 
Ellos se creen que todo el fútbol pasa por allí, aunque no recuerdan cuando ganaron algo que no fuese local. Naturalmente con sus tendencias al Brexit no les interesará la Champions y por eso no la ganan.
Mou y Guardiola son de esos entrenadores que ganan mucho (dinero sobre todo), se los rifan los equipos llamados poderosos, ambos quieren ganar. Ambos agotan o hartan a su muchachos (excepto a los catalanes), cuentan con los mejores jugadores, saben de tácticas, motivan y son escuchados.
Ambos tienen otra cosa en común, y es que son un tanto pequeños de miras, no son universales, quizás por algo que les sucedió en su infancia, en el patio del colegio, jugando al fútbol. 
Guardiola piensa que el mundo se reduce a su mentalidad y sus complejos y Mou a su ego. Ambos pudieron disfrutar en las Españas defendiendo a dos equipos irreconciliables. 
Mou no fue bien tratado en Madrid, los medios no le aguantaron y algunos jugadores le hicieron la cama. Guardiola fue reverenciado, consentido por los medios de Barcelona; huyo antes, ante el azote de Mou, y el control todo poderoso de su estrella más decisiva.
Mou es directo, a veces innecesario, honesto, de cara; Guardiola nunca dijo lo que pensaba.
No se si habrá vino de por medio. Mou se puede permitir un Romanée Conti, extraordinario, aunque cogerá uno del Duero, y se queda tan ancho; pero Guardiola solo brinda con cava ( a mi me parece muy dulce, incluso el seco y da dolor de cabeza, como él).
A ver que jugadores vemos, que son lo importante de verdad, sin ellos no hay fútbol.

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