miércoles, 10 de septiembre de 2014

Don Emilio Botin y la Diada.

Supongo que para escribir de ambos temas se deben poseer conocimientos y sabiduría suficientes, al menos así lo entiendo, y me temo que no es mi caso. 
Sé lo que intuyo, no es que posea información privilegiada  ¿Quién la posee?  ¿Qué hacen con ella?
Empezamos el día con la muerte del primer banquero en España, y parte del extranjero,  y con parte de la gente de Cataluña en las calles no celebrando no se qué exactamente sino reclamando ser independientes porque yo lo valgo. 
No intuyo buenas perspectivas, esto está descontrolado.
A mi Don Emilio me parecía sobre todo un tipo intuitivo. Intuitivo incluso para leer malamente en inglés y desembarcar con sus negocios en el Reino Unido, con gran éxito, importándole poco su expresión porque lo que le gustaba era ir al meollo del asunto o yugular de los problemas. Su hija, altamente preparada habla con gran corrección el maldito idioma de hoy en día, pero no se si tendrá esa intuición, ese gen de sentido común, garra y genio rústico.
Intuyo que Don Emilio hablaba siempre desde un punto de vista práctico, sabiendo que el dinero es el dinero, el poder que tiene y quizás sabedor también de su capacidad corrosiva y destructiva, de como es necesario para convivir y como se convierte en el obscuro objeto del deseo de la mayoría de los humanos, en España quizás más porque no sabemos luego que hacer con él. Intuyo que Don Emilio si sabía qué hacer con la pasta  y a lo mejor gracia a acciones suyas no estamos mucho peor.
No intuyo lo que Don Emilio pensaba de la Diada de la independencia, no de la fiesta popular, supongo que vería peligrar los negocios y al final empeorar el bienestar de la gente. Intuyo que como Asterix movería la cabeza diciendo: Están locos estos romanos.

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