miércoles, 10 de septiembre de 2014

Entre Tierno y Botella.

Elegir un candidato a un puesto político en España suele pasar desapercibido porque en realidad a nadie le interesa quien es el elegido, o a casi nadie, excepto por el cotilleo. 
Al menos se debe exigir al candidato/a  que sea honrado y honesto No le pides grandes cualidades, ni que tenga una inteligencia natura, ni cultura, ni buen gusto,, ni que se explique decentemente en inglés, le exiges al menos que sea honesto consigo mismo y los demás, como a cualquier ser humano.
La verdad es que no se si es un mal hispano porque en otras actividades, en muchas otras distintas y diversas, tampoco pides que sea el mejor, al final te quedas con que sea al menos buena persona. Quizás en la mentalidad latina/mediterránea/hispánica lo de la eficacia es sólo una quimera.
Habrá elecciones para la alcaldía de Madrid y unos y otros andan buscando candidatos. Madrid tiene una importancia psicológica, un efecto contagio, y se busca al candidato/a, con letreros del Far West. 
Intervendrán al máximo nivel los dirigentes para encontrar alguien que atraiga  al votante con una imagen de esas que el electorado que duda adopte como suya, porque los votos de siempre, van donde siempre. Algún insensato puede pedir que resucite Tierno o que se quede Botella, la cual nunca supe que hizo para estar allí, excepto aguantar las pseudo elecciones olímpicas o que los de Podemos lleguen para que entonces la resurrección de Tierno no sea necesaria.
Hay más posibilidades para el Madrid de conseguir equilibrio entres sus líneas que de encontrar una/o que simplemente se limite a ser un buen alcalde, con un poco de sentido común dedicación, sin ambiciones y con el inmenso places de servir a sus vecinos.

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