martes, 9 de septiembre de 2014

La interminable boda de Clooney.

A ver si se casa de una vez George Clooney ¿ A quién le importa? ¿Le importa a él? 
Sus pretendidas nupcias parecen repetitivas como los acontecimientos diarios ¿Para qué se casa? Y es que como decía el sabio: casarse para nada, es tontería.
No son tonterías las noticias. La verdad es que resulta fascinante leer una noticia, algo que los medios de comunicación consideran que debe ser publicado para informar a la opinión pública como suelen decir, y es que es tan hermoso ser informado.
A veces te quedas asombrado por lo que piensas que pueden ser posibles grandes repercusiones de lo acontecido o aterrado porque se te ocurre reflexionar.
No puedo uno quedarse impávido ante el déficit público de las naciones o el hecho de que los pobres cada vez son más pobres. 
Ni ante las cien mil vueltas que se da a la cuestión del fundamentalismo islámico con tanto especialista de por medio, sin decir que una idea sólo puede vencerse con otra idea mejor. O contemplar la trama del ex-muy honorable Pujol, que pedía comisión porque era Cataluña. Digno de una serie como Boardwalk Empire que va desde Atlantic City hasta La Habana, con paradas en New York y Chicago, sexo, drogas y corrupción. 
Bueno en las historietas nacionales normalmente sólo hay corrupción. Son como desagradables Tíos Gilitos los protagonistas, sin la gracia del pato. Parece que el sexo nunca ocurre en España, no interesa o no sabemos publicarlo, cuando es uno de los móviles habituales.
Hasta los británicos, o ingleses, no se bien que decir en estos momentos de caída de la libra esterlina, se enteraron que era una cuestión de sexo entre Camila y Charles, y ahora resulta que Diana hacia llamadas telefónicas nocturnas a Camila al estilo de chicas de Boardwalk y además en inglés. La ficción y la realidad se autofinancian como los corruptos.

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