domingo, 7 de septiembre de 2014

Lo comprensible e incomprensible.

¿Hay una distorsión grande entre la realidad que presentan los medios de comunicación y la verdad?
Si se atiende un poco a los noticieros, no demasiado que deprimen, o se leen los titulares la sensación es de desasosiego, desesperanza, frustración. 
Incluso eliminando la comprensible falta de imparcialidad y sabiendo que unos medios quieren cargarse al gobierno de turno y otros simplemente mantenerlo nos surgen preguntas como moscas en tarde de estío
¿Hay corrupción generalizada? ¿No es el nivel de los políticos francamente bajo? ¿No mienten simplemente por ambición? ¿No alteran la realidad para que el otro no gane? ¿No son incapaces de servir y buscar el bien común?
Y luego siempre hay una posibilidad de disculpa. Tenemos el ejemplo del señor González, ex-presidente. cuando le preguntan por el ex-muy honorable, tiene que decir algo, no puede estarse callado, esperar a la justicia, ser prudente y además ha vivido muchos años de política con aquel que encarnaba no se que de Cataluña. Se han entendido, respetado y puede que hayan trabajado por objetivos políticos, como males menores. Al final le medio protege como se protege a los compañeros de aventuras nocturnas o diurnas, a aquellos por los que se muestra compresión o cierto cariño, el amigote.
Al fina y al cabo el idioma español es rico en sentencias. "Al amigo se le pone el culo, al enemigo por culo y al indiferente la ley" o algo parecido.
El español de a pie que quiere llamar al pan pan y al vino vino se queda pegado y es que no puede entender tamaña sofisticación. Puede resultar que llevarse dinero para los hijos y protegerlos sea una cobertura comprensible.

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