Es un partido importante donde los equipos llegan con unas trayectorias diferentes. ambos con bajas de las que no vale lamentarse. El rival está a tope, en su aparente plenitud con nuevos aires nuevo entrenador, jugadores jóvenes, finos y peligrosos, sobre todo un equipo que parece muy trabajado con ambición.
Nosotros, en nuestra coyuntura, nos adaptamos al rival sin que tengamos jugadores en gran forma, de esos momentos que ganan solos partidos. En eso hay que alabar a este Madrid, en realidad es el Madrid de siempre que para intentar ganar hace lo que sea.
Lo visto en el primer tiempo no nos favorece porque o no hemos sabido superar lo del fuera de juego o nos hemos precipitado, eso si hemos dado esa versión de concentración, apoyos, equipo, que sin ser excepcional no da tantas facilidades al rival. Además existe la incógnita de aguantar 90 minutos o jugar 90 minutos a buen ritmo competitivo.
La segunda parte ha sido la constatación. El visitante metió dos goles muy rápido, en parte por nuestros despistes, y jugó mejor. Nosotros somos culpables en mucho, nos han superado en disciplina táctica, idea de juego, e incluso forma física, al final un gran desconcierto.
Todo esto hay que reflexionarlo con calma porque puede haber cosas coyunturales o estructurales que necesitan de corrección pronta. La cuestión física la sabrán pero hay otra que es la manera de jugar. 0-4 no hay excusas. El fútbol son dos equipos enfrentados y es un deporte de grupo.
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