Quizá uno sea el como solucionar el problema de tantas personas que quieren venir a la vieja y civilizada Europa como salida, esperanza, salvación, futuro, aunque se jueguen la vida en el viaje.
Quizá otro sea la oposición de un sistema político/religión de hace siglos que nació en un desierto y no para de extenderse sin adaptarse nunca a cambios sino imponiéndose poco a poco.
Tenemos una tendencia general a culpar a los responsables aunque eso suena a justo, en parte porque en cuanto se identifica más o menos a un culpable el personal se distrae y consuela. Empezamos por los políticos que ninguno dimite porque vive de ello, no sabe hacer otra cosa, piensa que otro vendrá que bueno le hará o son impotentes inútiles.
Mr Ismay, no sé a cuantos les suena era un pez gordo, o muy gordo, en la compañía White Line, chairman, que estaba a bordo del RMS Titanic mandando por encima del capitán. Aquel barco tan bonito se hundió como todo el mundo sabe y algo cambió en el negocio. Una pena, una desgracia, un cúmulo de errores y miseria. Mir Ismay se salvó. Tenía 50 años vivió 25 más, a lo mejor preguntándose si hizo bien en subir a ese bote o antes pedir más velocidad. Desde luego a mi lo del Titanic siempre me impresionó. Lo que más el grupo de músicos tocando. ¡ Qué clase !
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