jueves, 9 de mayo de 2013

De premios bien concedidos

El señor Michael Haneke es bávaro, alemán, e incluso no lo parece.
Se comporta como si hubiese nacido rodeado de los filósofos griegos y romanos, de Homero y Sófocles. Es un hombre completo, no porque sepa mucho o haga un cine extraordinario; sino porque sabe tratar la esencia. Nos hace pensar en medio de una sala oscura y si no hay otra opción frente a un televisor smart y HD, a veces. No es como debe verse el cine, pero puede valer.
No le dan el Oscar a la mejor peli; si a la mejor película extranjera. No importa, es casi más prestigioso estar en la lista de creadores sin oscar, como director, junto a Welles, Chaplin, Wilder, Hitchcock, Kubrick, Lumet, Scott (Ridley o Tony), Tarantino o Don Luis Garcia Berlanga.
Tiene Palmas de oro y ahora un Príncipe de Asturias, que muchas veces conceden por politiqueo simple y duro. Acumula, sobre todo, el reconocimiento de aquellos que aman la honestidad intelectual. No se si es un hombre feliz, si me creo que pueda hablar a solas consigo mismo.
Expresa la realidad como él la percibe, trata de contar lo que pasa y en momentos nada fáciles para sus personajes. Gira su obra alrededor del ser humano en su interior.
Yo creo que es un hombre que piensa que el cine es magia e ilusión. Desconozco si es un hombre de fe, pero me parece que lucha con esperanza por cambiar lo absurdo y el vacio de la sociedad moderna; basada en lo superfluo, lo falso y lo que sale en televisión.
Una sociedad cateta y decadente.
No se me enfaden.

1 comentario:

  1. Decadencia. Este adjetivo efectivamente define nuestra sociedad en la actualidad. Una tristeza. La clave, como tantas veces, la educacion. Y es un privilegio saber que podremos aun disfrutar de la educacion cinematografica de Michael Haneke un poquito mas.

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