En una tienda chic de Madrid, diseñador italiano, hay un cocktail (perdón por la cursilada).
-¿Cava ?- Se supone que el cava es fino en esos lugares. Al decir que no le gustaba el cava, el camarero le ofreció agua como alternativa para sujetar algo.
-¿Con hielo o natural?
-Hielo, gracias.
Había cuarenta mujeres, algunas muy conocidas por ellas mismas o sus maridos. Variedad de todo y cierta uniformidad en las formas. Sólo tres representantes masculinos: dos camareros, el del cava, el de los canapés y un hombre acompañante. Este le coge uno al apenado camarero de los canapés, que insiste y no es muy respondido por las delgadas señoras. No es la España del hambre.
Luego el hombre, perdido en el lugar, pide disculpas al camarero de las bebidas por rechazar el cava.
-No se ofenda, ...si es del Barcelona. No me gusta el cava.
El camarero niega rotundamente cualquier tendencia en ese sentido, incomprensible para él.
- ¡Soy del Madrid, abonado !
Se entabla una discreta conversación, no hay mucho espacio. El de los canapés sigue triste intentando acabar la bandeja. Las señoras quieren ver los trapitos estilosos, colgados para el disfrute y admiración de las que tienen gusto.
El camarero de las bebidas quiere hablar. Parece majo, educado, inteligente, despierto. Le gusta Mourinho pero cree que debe irse, porque no le entienden. No sabe quién puede venir. Trae otro vaso de agua con hielo.
Finalmente el hombre le pregunta ¿qué haces de camarero?
-Soy arquitecto, tengo un master, me especializo en interiores. Me voy a hacer las Américas, aquí no se puede
Este joven, aunque ahora se llama joven a cualquier cosa, es ciertamente joven; también es decidido, sabe lo que quiere y tiene derecho. No le da miedo y eso está muy bien. El de los canapés no quiere salir,... su comidita, su idioma, sus amiguitos.
No hay que tener miedo a salir de España, ya habrá tiempo de volver. Los mejores años y gestas vinieron precedidas por emigraciones y salidas al exterior; por conocer mundo y culturas, otros seres humanos, otras perspectivas y valorar lo bueno de aquí.
-Al menos habrá un bar dónde ver al Noble y Bélico luchar y ganar; con o sin Mourinho; con o sin aquellos que si no te gustan es que no eres madridista- sentenció el camarero del cava.
El hombre se fué porque el cocktail, el agua y la exhibición no daban para más . Además entraban otros acompañantes y ya no era el único, la estrella.
Como siempre, directo a la esencia. Es triste que en España los jóvenes no intenten emular a aquellos valerosos aventureros de antaño, son nuestro legado y nuestra inspiración. Viviendo en el extranjero ¡cómo entiendo todos los sacrificios tanto familiares como laborales! Pero es una gran realidad, siempre habrá un lugar donde ver al Madrid, año tras año. Y la radio, una maravillosa alternativa. Seamos valientes.
ResponderEliminarPS-- si se admiten sugerencias, le propongo de vez en cuando escriba su blog en inglés, porque sus lectores a nivel global en las antípodas, apreciarán sus pensamientos y reflexiones. ¿Quizás sobre música?
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