martes, 25 de junio de 2013

Entre Camelot y la isla de Scorpios

No sé que hubiese sido de JFK, el presidente US de los sesenta de haber vivido en estos días, en su propio país, en este mundo con internet y redes asociales, a veces. 
Releo sus discursos: "Investidura", "El presidente y la Prensa", "Elegimos ir a la Luna", "Los Derechos Civíles" "Yo soy berlinés". Son breves, directos, bien articulados, llegan al corazón y tienen estilo literario. son un poco como él, incluso aunque no los escribiese del todo.
Examinando sus palabras, es fácil sacar los mensajes fundamentales: los derechos humanos derivan de la mano de Dios; analizar los problemas que nos unen en lugar de detenernos en los problemas que nos dividen; defender la libertad, qué podemos hacer juntos por la libertad del ser humano; que los profesionales del periodismo reexaminen sus responsabilidades; la libertad tiene muchas dificultades y la democracia no es perfecta; vamos al espacio porque está ahí; esperar que la ley sea justa, la libertad es indivisible y cuando un hombre está esclavizado, ninguno es libre.
Sobre todo despertaba ilusión, ganas de trabajar, de moverse, de ponerse en marcha, en busca de algo mejor y más justo.
No había los medios de comunicación de ahora. ¿Hubiese sido presidente de saberse, con detalle, sus andanzas y amoríos ? Desde luego tenía bastante mejor gusto, muchísimo mejor, que otro colega suyo posterior, que ahora se forra leyendo conferencias 
¿ Se hubiesen cargado el Camelot de la Casa Blanca ? ¿Le hubiesen asesinado? ¿De qué hablarían las filtraciones en plena Guerra Fría?¿Hubiese ido su viuda a una isla Mediterránea a sentirse libre y presentarse desnuda frente el mundo?
¡Qué fascinantes días, que no dió tiempo a asimilar !Ni siquiera a sus protagonistas; empeñados, como casi todos los humanos, en vivir la vida como podían, no en escribir la historia.
Aunque parezca mentira quizás el peligro de un holocausto nuclear, la cercanía de la Segunda Guerra Mundial, de la confrontación con el comunismo, de amenazas reales a principios fundamentales del ser humano, nos sacaba entonces de la vulgaridad que siempre amenaza. Con sus errores y sus aciertos.
Un poco de glamour político, clase, ideas y llegar a la gente si necesitamos. Porque aquí, en España (no me importa el resto del planeta) sólo se habla de crisis ( y todo el mundo tiene un derecho vital  a un trabajo digno) pero como decía el sabio Marx ( Don Groucho) : La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar los remedios equivocados".
Por favor hagan otro tipo de política. Motiven al personal dignamente.
Hubo una vez que fué posible.

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