domingo, 16 de junio de 2013

La soledad de los tiempos modernos

La fotografía es una técnica refinada que permite captar el instante. Único e incomparable.
El artista, el verdadero artista, unos pocos afortunados, se concentra en momentos singulares, maravillosos y eternos.
Me refiero al fotógrafo de personas, de retrato, en movimiento o estáticas. De seres humanos que para algunos, o muchos, no lo sé, son diferentes al resto de los animales.
Estos genios son capaces de introducirse en el interior a través de los ojos y comunicar con algo, sacarlo afuera. De la modelo; del niño/a en medio de una guerra; del pobre cotidiano que pide todos los días; del viejecito; de la niña/o que todavía no ha cometido errores; de la novia dichosa; la madre angustiada o el verdugo implacable; el beso de amantes; el político carísmático o el dictador exultante. Del enfermo, drogadicto, desesperanzado. 
Se concentran mucho más en los que sufren. Como los malos de las pelis que tienen siempre más gancho. Los recordamos con cariño y se les imita.
En blanco y negro, generalmente, sus obras tienen más fuerza. El color no lo capta. Puede que sirva para bodas y bautizos. Para el retrato se precisa el blanco y negro, como si se tratase de un túnel que al final brilla.
Aquellos que no creen dicen que por una fotografía se descubre el alma del individuo. Y si hay alma ¿quién la creo y cómo se hizo?
Los que creen y algunos porque estan sólos de siempre, se conforman con el "Retrato" de A. Machado: Quien habla solo, espera hablar con Dios un día".

No se desesperen nunca. Siempre puede haber por ahí  un fotógrafo atento a capturar la eternidad

1 comentario:

  1. Qué bonito final--

    No se desesperen nunca. Siempre puede haber por ahí un fotógrafo atento a capturar la eternidad.

    Sí, siempre hay alguien dispuesto a salvarte.

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