La falta de credibilidad de los políticos es notoria. Unos y otros.
Se llegan a justificar las incumplidas promesas electorales, porque todo el mundo lo hace, porque es parte del juego, porque ya se sabe.
A repetir las promesas en los medios a posteriori después de la victoria, como muestra de incoherencia. A oir frases dichas, como: " Yo nunca haré esto". " Si llegó al poder, lo que nunca pasará será lo otro". " Si mi partido gana en las urnas cambiaré todo menos esto otro". "Si me otorgan su confianza los ciudadanos pueden estar seguros de que ..." "Me comprometo a no cambiar esto" "No se dejan engañar, no pretendemos cambiar aquello otro", etc... y que nadie se inmute. A nadie se le cae la cara del terrible peso de su desfachatez. Continúan porque son políticos de poco pelo.
A repetir las promesas en los medios a posteriori después de la victoria, como muestra de incoherencia. A oir frases dichas, como: " Yo nunca haré esto". " Si llegó al poder, lo que nunca pasará será lo otro". " Si mi partido gana en las urnas cambiaré todo menos esto otro". "Si me otorgan su confianza los ciudadanos pueden estar seguros de que ..." "Me comprometo a no cambiar esto" "No se dejan engañar, no pretendemos cambiar aquello otro", etc... y que nadie se inmute. A nadie se le cae la cara del terrible peso de su desfachatez. Continúan porque son políticos de poco pelo.
Los votantes se lo creen; o hacen que se lo creen; o saben que lo contrario es lo que va pasar y se quedan tan anchos; o en España muchos votan lo que siempre han votado sin pensar en programas, simplemente por no votar a los otros; o se resignan.
Algún elegante, o que se las dé de erudito, puede llegar a citar al Príncipe, o a Maquiavelo, sin soltar la frase que queda como muy, ya lo sabía
Y creanmé, esto no es patrimonio de una opción política local, es práctica común, como dicen, "es lo que se hace en todos los países, los políticos mienten para ganar votos". Lo cual no es cierto.
En otros sitios el que miente en política lo paga en las urnas y aparece otro aunque vuelva a mentir y luego a desaparecer. De ahí la exageración en USA, lo que vemos como moral hipócrita, amantes de candidatos, devaneos, declaraciones de impuestos, amistades peligrosas, justificación de la capacidad económica, control de donaciones y los medios legales puestos sin duda para controlar la condición humana y que mientan; pero lo paguen.
Ya lo dijo aquel veterano político español (ya saben quién): "El poder gusta más que el j..." y él de poder sabía mucho.
Hay mucho demagogo.
En la antigua Grecia, demagogia, significaba un gobierno dictatorial con el apoyo popular. Y es que estos griegos antiguos eran muy sabios.
No se me enfaden
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