Cuando escucho lo que cuentan de la Unión Europea, me parece una cantinela repetida.
Son muy pocos lo que ponen las cartas sobre la mesa y me preocupa por los jóvenes. Los que tratan de aprender, los que descubren, los que representan el futuro.
La Unión Europea no es realmente crítica, es conformista, porque tiene miedo.
Sus funcionarios, o los que viven de ella, tienen miedo de perder status. Sus políticos tienen miedo de perder elecciones. Poco se puede avanzar en un mundo de miedos.
Eso si reuniones, conferencias, trabajos, viajes, coloquios, mesas redondas, los hay a miles. Quizás para corroborar aquello de crear un grupo de trabajo, cuando no quieres realmente solucionar algo.
Lo hecho, hecho está. No sé puede cambiar. Hubo sus razones y no se trata de echar culpas, encontrar culpables o disculparse. Se trata de alternativas y soluciones. Hay que mirar hacia fuera no sólo hacia dentro. En el mundo hay más
cosas que la Unión Europea. Seamos críticos y dejemos de contentarnos
con eufemismos, sin ir al fondo del asunto.
¿Cómo nos miran desde otras partes ? ¿Qué lugar ocupamos? ¿Cual es la proyección?
No me gustan los calificativos de optimista o pesimista, de euroescéptico o europeista. Es que no se trata de eso.
Lo que me llena, es el ejemplo dado por los Founding Fathers, de esa república al otro lado del Atlántico. Un ejercicio de cordura, sentido común, compromiso, futuro, sabiduría, solidaridad y generosidad en busca de un bien común. Necesitamos encontrar ese espíritu y los 13 estados que quieran iniciar el camino. En aquel conato de república, en 1776, había una cuestion vital: la esclavitud. Asunto que nos cuesta dimensionar ahora, aunque Spielberg lo lleve al cine y Daniel Day Lewis lo magnifique. Se pospuso su discusión para mejor momento, pero se avanzó en lo más esencial.
Muchas veces pienso en el oncólogo sabio que analiza los parámetros biológicos de un paciente para un diagnóstico o el ingeniero constructor del RMS Titanic, en su primer y último viaje, ante la vía de agua fatal. Ambos angustiados, conocedores de la realidad ciéntifica o física.
Reaccionemos con calma, sentido del humor, sin creernos nada; pero seamos honestos y constructivos. Si amamos la música toquemos. Me quedo con el ejemplo de la Wallace Hartley Band, de seguir haciendo lo que les gustaba hasta el final. Y lo más bonito es hacer algo por los demás.
Reaccionemos, por favor
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