domingo, 23 de junio de 2013

La desnudez de la muerte

Dejas de respirar, se te detiene el corazón y estás oficialmente muerto ¿Es el final?
Vivimos pendientes del smart phone, ipad, internet, tv, coche, avión o globo aerostático, de la velocidad y el mundo llamado moderno; vagamos pendientes de nosotros mismos.
De pronto fallece alguien allegado, conocido, amado, simpatizante; incluso en el caso de una muerte anunciada. Y nos sorprende. Nos deja perplejos y no encontramos explicación; buenos las técnicas , porque todos somos doctores y hablamos de nuestras propias enfermedades, abrumando al interlocutor de turno. 
¿Por qué no buscamos la explicación antes? ¿vale la pena?
¿Por qué si lo único que hacemos TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS, LOS HUMANOS, es nacer y morir, ponemos esas caras de sorpresa?
En esos momentos quieres ayudar,y consolar. Son situaciones llenas de tópicos, incluso entre los pueblos de religión católica, donde el mensaje es el del Hijo de Dios y la Resurrección, testimonio capital que requiere FE.
El desconcierto ocurre entre los católicos también, ¿por qué?
No sabemos, en general, afrontar la muerte. Somos torpes, miedoso y llenos de contradicciones.No tenemos la fe de Indiana Jones en la tercera película, cuando cierra los ojos para cruzar el precipicio.
En el mejor de los casos hay quién pide tener una buena muerte, las personas de la generación de mi abuelita y otras. Ruegan que en esos momentos, siempre desconcertantes, te encuentres a gusto contigo mismo y en paz. Quizás si lo buscasemos en vida llegaríamos en mejores condiciones. Sólo quizás, porque el ser humano tiene tantas derivadas y mezquindades que sorprende y es complicado pontificar.
Si recuerdan el genio de Mel Brooks en The Young Frankenstein, cuando el monstruo visita al ermitaño ciego; le echa este la sopa caliente encima, le rompe la taza al brindar, le quema el dedo al encender el cigarro y el pobre mostruo huye horrorizado, entonces el ermitaño corre trás él y le grita:
-Wait, where are you going? I was going to make Expresso.
Hay que dejar a la muerte que se vaya; pero es un viejo conocido y volverá.
No hemos avanzado tanto como creemos.



p/s. Creo que en el próximo anuncio de Nespresso, el monstruo podría sustituir al clásico de Clooney y Mr. Gene Hackman hacer de ermitaño ciego: " Iba a preparar un Nespresso", ¿comprenden?. Entonces el mostruo regresa, en el supuesto anuncio.

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