domingo, 30 de junio de 2013

Ladrón de bicicletas

Hay gente como de Sica, que junto a sus colaboradores, tuvieron la capacidad, sabiduria y arte de plasmar una historia que engancha y hace llorar. Que cuesta que la gente vea porque parece pasada. Eso del Neorrealismo de de Sica es cosa de post-guerra mundial. Su historia basada en una novela y adaptada sería probablemente la fuente de inspiración de alguien con talento.
Una bicicleta se convierte en el instrumento para sobrevivir, comer y salir hacia adelante. La angustia del padre, que hace lo que puede, y el temor del niño, se combinan con esa capacidad del ser humano para serlo en las peores circunstancias. A mí me angustia todavía más porque no sé montar en bicicleta.
Hay otras historias, como lo que ocurrió en un comercio de alimentación, en Madrid. Me la contó mi sabia portera, que la recibió de los actores principales. En fechas próximas, no después de ninguna guerra; sí en medio de una situación complicada, la que vivímos.
Alguien pide limosna, un hombre a la puerta. Antes el "puesto" correspondía a un joven de 22 años, emigrante de un país del Este, que decía querer volver a su casa. No tenía dinero para el viaje, no respondía con claridad y su comportamiento no aclaraba sus intenciones. tenía salud y fuerzas , pero para la intuición de mi portera no muchas ganas de trabajar.
Le ha sustituido este otro señor que cumple 70 pronto; que tenía muy buena posición; que se divorció, su mujer se llevó todo , sus hijas no le hablan y no conoce a sus nietos. Que dice fué un buen padre, no mal marido, como su mujer no mala mujer. Aunque él cometiese sus errores y ella, al parecer, gustase de la Visa Oro. Cuando se acabó la Visa se acabaron 25 años de amores y empezó la época turbulenta. Tiene una corta pensión de sus tiempos de esplendor; lo que saca en la puerta es para comer; sólo pide no caer enfermo, tener salud y sobrevivir, como el ladrón de bicicletas. como el protagonista de la peli, como casi todos los humanos.
Las mujeres son las que les dan algo, céntimos o euros. Esas que llaman todavía amas de casa, que además trabajan fuera (si tienen la suerte de mantener un puesto de trabajo). Ellas veían al emigrante como un hijo o sobrino y al señor que le sustituyó como su padre, abuelo o suegro. Y recoge unos 15 euros de 10.00 a 14.00 porque los riñones y la espalda le duelen. El  resto del tiempo lo pasa en su habitación. Sólo pide una cosa :¡ salud !
Lo que queda del cuento lo dejo a su imaginación. Hay mucha gente en el mundo, muchas historias, verdades, mentiras y medias verdades; pero no es fácil vivir si todo depende de una bicicleta y encima te la roban.

1 comentario:

  1. Gran película. Pero mayor mejor historia real, la que usted comparte con nosotros. La realidad, muchas veces duele, pero es la mejor manera de mejorar. Por supuesto, con salud.

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