miércoles, 26 de junio de 2013

La nostalgia de las fotos

Los albunes de fotos encierran la esencia del tiempo, incluso sin ser las instantáneas de un artista. La de aquel que taladra la pose hasta llegar al fondo del individuo; como Virxilio Vieitez y su don natural.
Por supuesto también las películas donde el movimiento aporta una perspectiva mayor, un sin fin de ángulos eternos que impide, a las personas normales, captar la esencia. 
Me refiero a las fotos que hacemos los simples mortales. Las más antiguas colocadas torpemente en en albunes; en esta época, sobre todo fotos digitales, las que se acumulan en los teléfonos móviles o en el ordenador
Las fotos son sencillas, simples; como el espejo, en que a veces nos miramos todos los días, sin darnos cuenta como cambia la figura del otro lado. 
En unas pocas hojas se pueden incluir años y años de una vida. 
Si son de niños/as, desde su nacimiento, se puede observar su evolución vigorosa e imparable. Si son de la familia se descubren parecidos, posturas, gestos comunes. En las personas mayores observas el paso del tiempo, el deterioro y con fortuna la paz. 
Si prestas atención los descubrimientos pueden ser extraordinarios.
A veces te quedas horrorizado de reconocer en tus propias fotografías aspectos de tus ancestros, que no te agradaban de ellos, sus defectos mayores. Se vuelven contra tí mismo como un látigo golpeándote  donde hace daño.  
En las de grupos de gente, contemplas  a unos y otros, repasas sus caras; no te acuerdas de todos los nombres. Siempre hay alguno, en bodas u otros acontecimientos que se une al grupo sin formar parte de él; como si estuviese perdido y necesitase que le acogiesen.
En cualquier caso nos vemos siempre más jóvenes, quizás hasta con buena pinta o aspecto. Tenemos la oportunidad de decirnos a nosotros mismos el deprimente: cualquier tiempo pasado fué mejor.
No nos damos cuenta de que el álbum nos da una nueva oportunidad, la ocasión de no repetir los mismo errores. No esperemos otra oportunidad de revisar otro álbum y vernos mejor que ahora, y así hasta que no tengamos ojos para ver ni manos para pasar páginas.
El momento es lo importante, momentos que construyen futuro.

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